El arcoíris
De
tanto en tanto, las hojas de papel arrugadas volaban hacia la papelera del
rincón. Los sonidos secos de su enceste eran los compases de fondo que le
acompañaban mientras buscaba qué historia quería contar. Daniel dejó la pluma y
decidió pasear entre los árboles. Quiso robar al bosque sus misterios,
encontrar las entrañas de las que salen todos los cuentos. Gritó a las musas
que volvieran y a su llamada respondieron los colores que en forma de arco surcaban el cielo detrás de nubes de lluvia. Los tres tonos cálidos —rojo, naranja y amarillo— le hablaron de vida
y de inspiración. Los tres tonos fríos—verde, azul y violeta— le vistieron de
naturaleza, sosegaron su alma y colmaron su espíritu de humanidad. Al fin tenía
una historia: una bandera de seis franja y un motivo por el que luchar.
Mar Lana
(Publicado en la Revista de Verano de Escritores en Red de 2016)